martes, 13 de enero de 2009

PACTO Y LEY EMPRESARIAL

Una cúpula directiva es la base de una empresa. Una estructura empresarial está constituida por varias estructuras cuyo eje central es una Ley que hace al orden y al soberano bien. Este eje esta formado por eslabones a los cuales se anclan los equipos. Cuando las Jerarquías cuestionan la ética, el orden, la estructura, los anclajes son débiles, por lo tanto las sinergias no son cien por cien efectivas y el flujo de información que se transmite está coartado por dichas interferencias.
Esta Ley, es el fundamento u origen de cualquier cultura. Sin Ley no hay civilización y sin civilización no hay cultura.
Cada vez que una figura Jerárquica pone en cuestión el sistema- por causas reales o neuróticas- todo el sistema que dirige, de manera inconsciente, puede quedar contagiado por la misma duda.
La importancia de aprender a gestionar la agresividad y las emociones permite que no se enquisten las palabras ni los sentimientos con respecto a las estructuras de una empresa. Toda palabra o sentimiento que se reprime puede dar lugar a una corriente afectiva contraria al bienestar laboral, debido a que el ejercicio de la represión y su contención, produce con el tiempo agresividad y ánimo de venganza.

SEÑAL DE ALERTA: Las palabras que se callan y los afectos reprimidos alimentan la pulsión de muerte.

La mayoría de los desajustes grupales guardan relación con desajustes en los eslabones Jerárquicos cuya estructura es capaz de producir un tipo u otro de cultura organizativa. Como hemos dicho, hay culturas que se organizan desde la pulsión de vida y construyen, crecen, se desarrollan pero hay culturas que se organizan desde la pulsión de muerte y crecen para luego morir agonizando.
Cuando la Ley que dirige una cultura es ambigua, con irregularidades, construirá encargados, directivos, socios y empleados afín a dicha cultura, de manera que no nos extrañe cuando seamos agredidos por los monstruos que nosotros mismos a veces creamos. Toda cultura comandada por la pulsión de muerte, contagia a cualquier trabajador que se quiera aliar con la misma.

SEÑAL DE ALARMA: Todo aquello que no se alía con la pulsión de vida, se acaba aliando-pactando con la pulsión de muerte.

Cuando queda cuestionada la ética de una cultura empresarial, puede llegar a producir ambivalencias afectivas hacia o entre sus Jerarcas; desde una sumisión hasta una hostil rebeldía que acabe en desconfianza y ruptura.

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