jueves, 8 de enero de 2009

LA FIGURA JERÁRQUICA EN LOS GRUPOS.

Es fundamental que exista la presencia de una figura Jerárquica a la que por norma, los sujetos del grupo se identifican y se someten a su Jerarquía.
La actitud de un Jerarca, deberá hallarse fascinada por una intensa fe en una idea potente y maravillosa para poder producir el entusiasmo en un grupo, junto a una voluntad y capacidad de deseo potente e imperiosa, susceptible de animar a la multitud. Cuando dicha fascinación sucumbe al desencanto, un Jerarca puede transmitir una idea vaga, imprecisa o dudosa del proyecto, lo cual puede llegar a producir desánimo grupal.
El prestigio de una persona es una especie de fascinación que un individuo, una obra o una idea ejercen sobre nuestro espíritu. Esta fascinación paraliza todas nuestras facultades críticas y llena nuestra alma de asombro y respeto. Podemos decir que hay en juego una verdad que se transmite y que produce la ilusión en el grupo de un nuevo porvenir.
El prestigio de un Líder puede ser adquirido, artificial o personal y depende siempre del éxito pero suele desaparecer ante el fracaso.
La regla fundamental de un buen dirigente de grupos, es poder producir una nueva conciencia grupal en beneficio e intereses comunes y nunca individuales
En todo grupo que se constituye bajo el porvenir de una ilusión, acontece una intensificación afectiva que se propaga entre las personas del grupo produciéndose un aumento del sentimiento de responsabilidad y respetabilidad hacia la idea que comanda y dirige el futuro de un grupo.
Lo verdaderamente interesante de un grupo es que la Jerarquía también puede ser una idea directora, un ideal con el cual un grupo se identifica y comulga.
La unión afectiva hacia la Jerarquía debe llegar a estar por encima de la unión afectiva entre los individuos del grupo. Debe haber al menos una tendencia de querer compartir algún deseo con el Jefe y entre las personas para que puedan constituirse como grupo. Una idea directora también puede liderar a toda una estructura grupal empresarial.
Esta circunstancia nos llevará a estudiar la posición de las figuras Directivas dentro de la dinámica grupal. La posición de un dirigente debe ser sólida, de acuerdo con la cultura empresarial y sin fisuras. Toda duda, inquietud, apatía, desacuerdo, provocará fisuras en su función de manera que sus actitudes desacordes las trasmitirá al grupo, pudiendo generar pactos o alianzas contrarias hacia la empresa: lo que a la larga significaría ir en contra de sí mismo.

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