Ganar y no ganar dinero siempre se hace
con un sentido. Es decir, nadie gana dinero si no tiene un objetivo o un plan
por el cual trabajar para conseguir cierta o tal cantidad.
Dentro de las categorías en la producción
del dinero podemos encontrar .
La primera es trabajar para lo justo de
la necesidad. La denominamos “categoría básica de la necesidad”. Aquí la
persona trabaja para lo necesario, generando así desde un puesto de trabajo
hasta un horario de producción adecuado para lo justo y básico de sus
necesidades. “Gano lo justo para vivir” “Para qué quiero mas” “Con lo que gano
me conformo” “No necesito mas” etc, etc. son frases que argumenta o defienden
una posición psíquica frente al trabajo y frente al dinero.
Esta categoría tiene su base sostenible
en un narcisismo infantil. La persona vive y trabaja para la satisfacción de
sus necesidades básicas. En ella no existe el concepto de social, de otros, de
productividad, de ganancia más allá de la básica necesidad. Trabaja para lo
justo y necesario.
La segunda categoría es trabajar y ganar
para menos de la necesidad.
La persona no llega a fin de mes, los
trabajos que tiene son inadecuados, insuficientes. Vive al filo del abismo, con
la sensación apremiante de perder lo poco que tiene. La percepción de fracaso
es dominante. Descubrimos así mismo en esta categoría, que la persona vive
resignada, conformista y adaptada a esta modalidad. La denominamos “categoría
de la necesidad masoquista”. La persona trabaja y gana única y exclusivamente
para “alimentar sus tendencias sufridoras”. En ellos podemos escuchar el mismo
discurso de lamentación, quejas, sufrimiento y que no hacen nada para pasar a
otra acción. Justifican y sostienen sus frases sobre palabras contundentes
donde siempre tiene razón. Argumentan su estado económico sobre factores
causales, donde la suerte o mala suerte es el parangón donde se sostiene su “realidad”.
Observamos en ellos la perseverancia en su manera de hablar y justificar lo que
les pasa pero siempre como “algo ajeno a ellos mismos”, es decir, algo externo
es lo causante de su situación pero nunca admiten que lo que tienen es lo que
desean. Y para ello muestran una actitud plañidera (llorosa) donde justifican
su quehacer ante los otros y donde obtienen así mismo la compasión y
comprensión de los que le rodean. ( continuará)