domingo, 27 de junio de 2010
GESTION DE CONFLICTOS
El psicoanálisis aplicado a la dinámica de grupos, dentro de las estructuras empresariales, es capaz de mover y transformar situaciones conflictivas que perduran en el tiempo. Mantener una situación conflictiva, requiere un trabajo, es decir, el malestar, la falta de comunicación, la hostilidad, el odio, los celos, la rabia contenida durante meses dentro de un grupo o entre los ejes verticales y horizontales, requiere un trabajo. Freud nos explica con maestría que para mantener la neurosis se requiere una carga contínua de energía que acaba por aminorar ciertas capacidades del individuo. Si extrapolamos esto mismo al trabajo, podemos decir que los conflictos se mantienen porque hay una decisión inconsciente de mantener el conflicto y aquí surge la pregunta del millón: ¿para qué queremos mantener un conflicto?. Aquí es donde juega su baza el psicoanálisis empresarial, en descubrir qué hay detrás de un conflicto y qué fines secundarios se les puede estar dando a un conflicto. No hay nada que haga el ser humano gratuito, es decir, todo lo que se hace siempre tiene una intención a veces consciente y a veces inconsciente. Normalmente, este tipo de situaciones conflictivas mantenidas durante tiempo, tienen un fundamento inconsciente que nadie puede desvelar y modificar porque nadie sabe gestionar conflictos inconscientes si no es un profesional de la psiquis. Y hoy por hoy, en gestión emocional, el psicoanálisis comienza a ejercer su liderazgo. Muchas empresas que contratan a consultorías, pidiendo los servicios del psicoanálisis no encuentran la respuesta esperada. Antes de contratar a un psicoanalista, comprueba que, pertenece a una Escuela reconocida, que el especialista se psicoanalice todos los días de la semana, que esté en varios grupos de formación, que sea especialista en empresas y que garantice una formación y gestión continuada. Al día de hoy, estos requisitos, sólo los cumplen los psicoanalistas de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, situada en Madrid. El intrusismo deteriora el buen hacer de los verdaderos y auténticos especialistas.
domingo, 13 de junio de 2010
DIRECTIVOS CON PENOSO SENTIMIENTO DE CULPA
Numerosos directivos que pierden su puesto de trabajo por bajo rendimiento o por acciones poco lícitas dentro del mismo, deben ser estudiados bajo el llamado sentimiento de culpabilidad. Este sentimiento es capaz de aminorar la inteligencia y hacer aflorar los instintos más básicos y las acciones más estúpidas por cuestiones morales. Las oportunidades que a veces generan los negocios, pueden producir culpa cuando están basados en acciones o pensamientos poco ético o amorales. El dinero, puede comprar todo, hasta los sentimientos de las personas. Sin embargo, el uso y disfrute que se pretende o se fantasea a veces con el mismo, es del orden de lo ilegal o amoral y eso hace sentir un penoso sentimiento de culpa, tan inaguantable a veces, que el directivo acaba buscándose él mismo, su propio castigo: perdiendo la dignidad, el prestigio, el negocio o directamente el puesto de trabajo. Tras “ el castigo” vuelve la calma a su espíritu y hasta acepta con resignación lo sucedido. Este ciclo puede volver a repetirse varias veces, con las consecuencias que conlleva para la economía y para la vida de la persona. Ante la pérdida de capacidades o antes los errores repetidos y constantes, la persona debe plantearse que están atentando contra sí misma y si no pone remedio puede llegar a producirse no solo grandes pérdidas económicas, sino que puede llegar a producirse la enfermedad y hasta la muerte.
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