Sabemos que la dirección de una empresa y
la dirección estratégica, son sinónimos. El crecimiento, la sostenibilidad
vienen marcados desde una dirección efectiva del material humano, auténtico
valor empresarial, es decir, los grupos de trabajo, la cadena de personas que
conforman la matriz empresarial.
Todo desarrollo de valor, toda iniciativa
parte del deseo por avanzar, por crecer, por desarrollarse.
Es necesario concebir una dirección
estratégica de personas si queremos desarrollar una estrategia en el mercado,
ya que van a ser las propias personas
las productoras las ejecutoras de la directrices directivas.
Pretendemos concienciar de la necesidad
de ayudar al crecimiento personal si queremos pensar el crecimiento
empresarial.
No hay crecimiento empresarial sin
crecimiento personal. Y cuando hablamos de personas hablamos de personas que
sienten, padecen y que están sujetas a procesos mentales que pueden aminorar o
inhibir los procesos de crecimiento empresarial.
Es difícil concebir la proactividad en
las personas si no se analizan por ejemplo, los factores inconscientes que
inhiben o entorpecen la proactividad.
Cierto es que las técnicas de sugestión
sobre la personalidad tienen un efecto limitado y el optimismo que se concibe
durante un tiempo va disminuyendo con el paso del tiempo.
¿Sería posible desarrollar dentro de la
personalidad un modo de analizar los pensamientos y las emociones de manera que
los factores externos e internos alteren menos la propia personalidad? Si
pudiéramos lograr un estado anímico positivo, duradero en el tiempo, las
personas desarrollarían una capacidad creativa laboral que las haría mas
efectivas que cuando están afectadas por sentimientos comunes como la tristeza,
el odio, los celos, la agresividad etc.
Sabemos que como humanos, estamos
afectados por nuestras vidas personales y la mayoría de las veces no podemos
sustraernos a la influencia negativa que los problemas o dificultades personales
ejercen sobre nosotros.
La falta de instrumentos para gestionar
las emociones que se imponen en nuestra conciencia pueden disminuir nuestra
capacidad intelectual y laboral hasta el 70 por ciento o mas e incluso llegar a
anularnos como personas.
¿Si existiera un instrumento de análisis
de las dificultades y un método para mejorar la gestión de las dificultades, se
lo proporcionaría a su empresa?.
Al igual que hace una planificación anual
para llegar a objetivos, ¿se ha planteado una planificación anual formativa de
sus empleados, con logros cuantificables en el logro de las acciones
estratégicas?
Ese instrumento existe hoy dia y ayuda
verdaderamente sobre la gestión de la personalidad cuando esta misma se
convierte en causa de obstáculos al crecimiento. (CONTINUARA)