Las empresas son vulnerables, porque las personas, los grupos son vulnerables, como nos dice el autor de este libro. Por eso que una dirección de personas pasa en primer lugar por sus directivos, que deben cuestionar, rediseñar sus funciones y compromisos. En definitiva, transformar su estilo de liderazgo previa transformación de su manera de pensar.
El psicoanálisis descubre que hay algo en el desarrollo del hombre que se opone a su propio desarrollo, de hay la tendencia a complicar las cosas de un modo innecesario. Estos frenos- también llamados resistencia- que todos notamos en cada uno de nosotros y en los demás, indica la dificultad que tiene el hombre para abrazar el bienestar. Si no fuera así, veríamos una actitud más humilde en los directivos y en los grupos de trabajo a la hora de facilitar la tarea. Frenar decisiones, es también oponerse con los prejuicios para imponer la personalidad como obstáculo a la producción de sinergias. Algo del sujeto se opone a su crecimiento y al crecimiento de la empresa.
Este comportamiento señala que el talento y la inteligencia se pueden aminorar en más de un 60% frente a un conflicto personal emocional o afectivo.
El autor, nos propone pensar y establecer sistemas dinámicos, abierto a modificaciones y nuevas construcciones teniendo en cuenta este material humano. Todo aquello que se anquilosa, muere. Freud, definió dos principios que rigen toda vida humana: el principio del placer y el principio de realidad. Se entiende el principio del placer aquella actitud humana dirigida al mínimo esfuerzo y a conseguir la quietud. Si frente a este principio que tiende a pararnos, no se opusiera algo igual de poderoso que nos haga movernos, podríamos decir que moriríamos. Y de esto se encarga el principio de realidad: de despertarnos todos los días y obligarnos a levantar. ( CONTINUARA )
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario