Cualquier grupo social o
empresarial está unido por una energía que canaliza las acciones que el grupo
emprende. El grupo se constituye en base a un inconsciente grupal. Los problemas
acontecen en la medida que hay ausencia
de una legislación de las conductas humanas individuales. Por lo tanto
cualquier alteración en los grupos de trabajo ( productividad, creatividad, ideologías,
etc ) debe analizarse desde las estructuras que lo legislan, es decir, quienes
lo dirigen. El grupo es un mero reflejo de las actitudes neuróticas directivas.
Debe pensarse los grupos de trabajo como un organismo vivo, cuyo funcionamiento
es una armonía de cada uno de sus órganos pero siempre regulados y legislados
desde el cerebro. Si hacemos una analogía entre el cuerpo humano y los grupos,
la directiva sería el cerebro, con cada una de sus unidades o partes. Desde ahí
parte el sistema nervioso periférico que regula cada uno de los órganos que lo
hacen vivir y cumplen la función que se le encomienda. Un psiquismo enfermo,
altera también el funcionamiento del cuerpo. Un cuerpo directivo enfermo,
produce patologías en el funcionamiento de lo que vendría a ser una estructura
corporativa empresarial. Los grupos tienen estructura psíquica, regulada por
caracteres de la personalidad que siendo conocidos, permite que se pueda
abordar los elementos que se ocultan tras lo que los grupos manifiestan. Cualquier
alteración en las estrategias que anulan su eficacia, en los sistemas de
producción, logística y control, tiene siempre una base humana que puede ser leída
y comprendida, si te tienen los elementos adecuados para comprenderlo. Actualmente,
están desarrollados y analizados unos indicadores que dan cuenta de la
trayectoria de los grupos operativos de trabajo. Se puede intervenir sobre
ellos, si hacemos caso a dichos indicadores.
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