domingo, 6 de diciembre de 2009

ANTES QUE FORMAR MEJOR ES DIAGNOSTICAR

La formación empresarial no sirve de nada si previamente no se hace un trabajo sobre la base de la personalidad de las personas que van a recibir formación. Se ha comprobado en muchas empresas que tras diseñar unos programas perfectos para el desarrollo y gestión de competencias, no producen los efectos deseados porque se olvidan de trabajar sobre el aspecto inconsciente de la personalidad. Es muy difícil poner a un equipo a favor si existen emociones enquistadas antiguas, las cuales obstaculizan el aprendizaje y los nuevos cambios que se proponen. Antes de dar formación a una persona o a un grupo, primero hay que chequearlos y hacer una anamnesis – ( historial ) – para llegar a un diagnóstico sobre la existencias de incompatibilidades que impidan la aplicación del programa formativo. Y este paso, se lo salta todo el mundo, por eso que la formación que se da, actualmente no llega a la persona o grupos o si les llega su efecto es efímero y poco duradero. Entonces, antes de gastar miles y miles de euros en dar formación, primero hay que afinar el instrumento, es decir, diagnosticando y resolviendo todo aquello que pueda interceder negativamente sobre el proceso de formación. Sabiendo el campo donde nos movemos, es más fácil orientar una formación hacia una productividad efectiva a corto, medio plazo y que perdurará en el tiempo a través de nuevas competencias desarrolladas y asentadas.

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