La norma general es trabajar para el principio del placer económico. La suma de dinero que nos cuesta la vida es lo que nos lleva a producirlo. Estamos hablando de un nivel medio de producción de dinero.
Las comparativas morales también influyen en su producción. Separaciones, celos entre hermanos, hostilidad y agresividad a compartir, suma una serie de obstáculos emocionales que dictaminados por nuestro principio del placer, detienen nuestro trabajo hasta el límite que consideramos justo y adecuado. Nadie trabajar ante situaciones que uno considera injustas o morales. Mujeres y hombres que tras separarse les une sentimientos hostiles que hacen del uso del dinero un arma para agredirse. Hombres y mujeres que por no despertar celos o envidias familiares, no producen mas de lo que podrían producir, para no sentir culpa moral.
Se puede considerar hasta “una enfermedad mental” la incapacidad para producir dinero dentro del sistema capitalista. Trastornos en la personalidad, generalmente emocionales, “secuestran” la energía psíquica al sujeto y queda debilitado para afrontar situaciones de la realidad donde se pone en juego la competencia, la inteligencia y la capacidad de trabajo a la hora de generar y producir dinero.
Así mismo, podemos ver que a parte de ciertas emociones mentales, el dinero perturba al sujeto. Le hace ser avaricioso, tirano, sádico, egoísta aún creyendo que uno no puede serlo. Vemos que el dinero corrompe y es capaz de desviar conciencias morales hacia una inmoralidad que el uso del dinero produce.
También tenemos la versión contraria, el dinero permite construir otras realidades sociales donde la generosidad, el altruismo y la bondad acompañan al uso del dinero.
Vemos que el dinero produce satisfacciones emocionales, de amor, odio, sadismo, masoquismo, narcisismo o egoísmo, etc.. y no se puede desligar su producción y su uso de una categoría emocional. De ahí lo necesario de analizar los aspectos emocionales que la producción del dinero induce al sujeto a sentir porque de manera inconsciente, una persona, un equipo, una empresa puede detener la producción de dinero para no tener que enfrentarse a la aparición de ciertas manifestaciones emocionales que de un modo u otro, perturbarían a nuestro yo.